Mariano Rajoy y Elvira Fernández en el último adiós a Rita Barberá
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Sólo una vez, en sus cuatro últimos años en La Moncloa como presidente del Gobierno, abrió Mariano Rajoy su casa oficial para la más larga comida de trabajo que mantuvo. Que fue seguida de largo paseo y reunión interminable. Pese a caracteres muy diferentes, admiraba el coraje personal de Rita Barberá, su tenacidad, y su capacidad de trabajo para llevar sus sueños a la ciudad que llenó su vida. Como ninguna otra ciudad de Europa, Valencia es la urbe cinceleda por quien fue su alcaldesa durante 24 años consecutivos.
A diferencia de José María Aznar, Mariano Rajoy no ha utilizado la muerte de Rita Barberá para hacer reproches ni ajustar cuentas. Lo ha vivido como quien sufre la pérdida de una amiga íntima. En Valencia, al acudir al funeral a título personal, acompañado de su esposa, Elvira Fernández, Mariano Rajoy desnudó sus verdaderos sentimientos.
"Una extraordinaria alcaldesa, una persona generosa, amable, afable, luchadora, que defendía con convicción aquello en lo que creía". Fue su epitafio final en un día lleno de tristeza en Valencia en el último adiós a una mujer que llenó de orgullo a sus conciudadanos antes de ser arrollada en la hoguera de la difamaciones, la traición, los falsos amigos y la corrupción. Que tuvo poderosos enemigos lo pudo constatar Rita Barberá en la depresión y soledad que finalmente la abatió.
- Ver también, Pablo Iglesias sin muestra de humanidad en la muerte de Rita Barberá (Hechos de Hoy)
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