África es un continente todavía muy desconocido. (Foto: Envato)

Los tesoros más desconocidos de África, un viaje inolvidable

Compartir en:

África es un continente que parece desconocido para muchos europeos. A pesar de sus dimensiones y de su extraordinaria diversidad, muchos creen que solo puede ofrecer paisajes áridos y construcciones pobres. Pero nada más lejos de la realidad. 

Integrada por 54 países y numerosas etnias y culturas, África es sinónimo de contrastes. Concretamente, Ciudad del Cabo, una de las ciudades más bonitas de la región, el desierto del Sáhara o Atlas son algunas de sus imágenes más conocidas. 

Pese a ello, el continente ofrece lugares excepcionales con una historia increíbles e imágenes naturales inolvidables. Concretamente son 147 sitios catalogados como patrimonio de la humanidad por la Unesco. Entre ellos están los parques nacionales de Garajonay o del Teide, el Kilimanjaro, las medinas de Fez, Marrakech, Túnez o Tetuán o las pirámides de Guiza. Pero hay algunos que no se conocen. 

En primer lugar está la Ciudad antigua de Djenné. Situada en el delta interior del río Níger, en la zona central de Mali, la ciudad de Djenné, es una de las más antiguas de África occidental, permanece ajena al paso del tiempo.

Sus orígenes se remontan al 250 a.C., pero fue entre los siglos XV y XVI cuando adquirió mayor notoriedad, al convertirse en uno de los núcleos comerciales más importantes de la región y en un eslabón de la ruta transahariana del oro. Por ende, se erigió en un foco de propagación del islam. 

También destaca el paisaje cultural del Morne, situada en el sudoeste de la isla de Mauricio. Durante el siglo XVIII y principios del XIX, su relieve prácticamente inaccesible, sirvió de escondite temporal a los esclavos que huían de su destino y se agrupaban en pequeños poblados asentados en las grutas y la cima de este promontorio. 

El gran número de fugados instalados en la isla la llevó a ser conocida como la República de los Cimarrones. Se han hallado pocos restos de su paso por Morne, la montaña se ha convertido en una prueba de la historia oral y en todo un símbolo del sacrificio y el sufrimiento de los cimarrones que luchaban por su libertad. 

También destaca Lalibela. Se tata de once templos medievales absolutamente sorprendentes construidos bajo el nivel del suelo. Hundidos a 40 o 50 metros, fueron edificados directamente de arriba hacia abajo en el siglo XIII y en la actualidad continúan siendo uno de los lugares sagrados de la cristiandad etíope y uno de los grandes tesoros del país.

Otro de los tesoros es el anfiteatro de El Djem, es el mayor de África y, sin duda, el monumento romano más emblemático de Túnez. Durante el mandato del emperador Maximino el Tracio, podía aglutinar a 35.000 espectadores. Se conserva en buen estado a pesar de que parte de sus piedras fueron saqueadas y posteriormente utilizadas durante el siglo XVII. 

 

Compartir en: